Las Solanas del Aravalle

Datos básicos de la Ruta:

  1. Distancia: 10.7 km
  2. Tiempo estimado: 3.30 h
  3. Punto de salida: Solana de Ávila
  4. Desnivel de ascenso: 250 m
  5. Ciclabilidad: Si
  6. Dificultad: Baja

 

En esta ruta por las Solanas del Aravalle transitaremos por caminos y senderos con abundantes bosques de robles y castaños. Se trata de un recorrido corto, con un desnivel mediano y que pasa por cuatro de los pueblos de nuestro ayuntamiento.

La ruta se inicia en la localidad abulense de Solana de Ávila. A la entrada del pueblo hay un crucero de piedra, en el cruce con la carretera hacia Los Mazalinos. Éste será nuestro punto de partida. Comenzaremos dirigiéndonos a dicho pueblo por una estrecha carretera muy poco transitada. Justo a un kilómetro, en una pequeña vaguada tras pasar un minúsculo pinar, aparecen dos pistas a la derecha. Tomamos la segunda, que en dirección nordeste nos conduce llaneando en principio y entre robles hacia Los Narros.

Continuamos de frente ignorando una pista que desciende. Al poco llegamos a un poste de la luz, desde donde ya se divisa, abajo, el cercano pueblo. Giramos a la derecha por un camino que baja, ¡ATENCIÓN!, no seguir recto por el camino que sube, sino descender directamente a Los Narros por una ancha y pedregosa pista. Llegamos a la carretera y girando a la izquierda entramos en el pueblo.

Se trata de un pequeño núcleo que debido a su situación o tal vez a su pequeño tamaño, ha sabido conservar el aire de aldea eminentemente ganadera, con casas de piedra, fuentes y un bonito paisaje. Merece la pena, por tanto, hacer un alto en el camino y coger fuerzas para la subida que nos espera.

Siguiendo la misma dirección que traíamos al entrar en el pueblo, en la plaza Albarquilla tomamos una calle de cemento que asciende suavemente, pero cuando llevamos solamente unos 100 m., tomamos la pista que asciende a la izquierda, no seguimos por la que llevábamos (cementada y llaneando). Un camino entre paredes de piedra nos eleva hacia el depósito de agua del pueblo.

Llegamos a un cruce con tres caminos, tomamos el de la derecha y tras unos cien metros llegamos al depósito, que dejamos a la izquierda. Proseguimos ascendiendo por una zona abierta girando ligeramente a la izquierda por unos canchales y siguiendo posteriormente un camino que va girando a la izquierda. El camino se estrecha invadido por una gran roca y poco más adelante se bloquea por la vegetación. Por eso, junto a la roca nos saldremos al prado de la derecha para tomar una estrecha senda, que entre escobas, continua ascendiendo en la misma dirección que traíamos.

Una vez pasada la zona de escobas, la senda gira un poco a la izquierda y desemboca en un camino pedregoso que tras unas cerradas curvas en ascenso nos deja en la carretera. Si la tomamos a la derecha, tras 200 m. entraremos en Los Mazalinos.

Se trata de un coqueto enclave donde antiguamente se dedicaban a preparar los tejidos de lino (Maza-linos), rodeado de unos fabulosos bosques de castaños y robles, y con unas impresionantes vistas al cercano Embalse de Santa Lucía.

Una vez realizada la visita, en la parte superior del pueblo, en la carretera que traíamos, junto a una antena, tomaremos una ancha pista de cemento y con aceras que asciende bruscamente. Hemos girado a la izquierda 90 grados para enfilar este tramo. El trayecto hasta La Zarza estará señalizado como S.L. (sendero local). Pasados unos 250 m. acaba el cemento y cogemos la ancha pista que llanea hacia la izquierda. Si miramos a la izquierda entre los robles podemos ver el embalse y detrás El Barco de Ávila.

Disfrutamos de un buen camino los primeros kilómetros, con unas rampas duras y cortas. No podemos olvidarnos de dirigir nuestra vista hacia el este y sureste, puesto que como si de un balcón se tratase, tendremos dibujadas en el horizonte las Sierras del Barco y Sierra Llana.

Llegados a un punto, el camino empeora y asciende manteniendo la misma dirección entre pequeños robles. La Zarza se puede ver a poco más de un kilómetro. Es un buen momento éste para fijarnos en la sierra que queda detrás del pueblo. Se trata de la zona más alta de la Sierra de Béjar, con los picos de La Ceja, el Turmal y la Campana (de derecha a izquierda).

Seguimos faldeando por el camino y tras pasar la segunda vaguadilla (con arroyo incluido), aparecen dos caminos. El que desciende a la izquierda nos podría conducir también al pueblo, pero está en mal estado. Seguimos, por tanto, por el que asciende de frente, el más evidente. En breve llegamos a La Zarza. Se trata de otro minúsculo núcleo donde finaliza la carretera, con una pequeña plaza y casas de arquitectura tradicional.

Tras pasar por las sinuosas callejuelas bajamos por la única carretera existente y nada más abandonar el pueblo, donde la carretera gira a la derecha, antes de pasar un edificio, tomamos un camino a la izquierda (hay una alcantarilla) descendiendo bruscamente entre piedras.

Tomamos camino tradicional que unía La Zarza con Solana. El rumbo irá variando hacia la izquierda y se verá Solana hacia abajo. Antes de llegar a un pequeño valle entre robles, tomaremos la senda que gira a la derecha, ¡ATENCIÓN!, no pasar al vallecito, sino seguir bajando unos 50 m. antes.

Tras unas revueltas llegamos a un camino más marcado con una semiderruida valla de piedra. Lo cogemos hacia la izquierda. A 100 m. atravesamos un arroyo y seguimos bajando por el camino entre piedras gruesas y abundante vegetación que nos hará ir con cuidado. Llegamos a la ermita de la Virgen de la Nueva, agradable lugar para descansar.

Unos 300 m. más adelante llegamos a la carretera de Solana a La Zarza. La tomamos hacia la izquierda y estaremos de vuelta en Solana de Ávila.