UN POCO DE HISTORIA

El municipio de Solana de Ávila se ubica en el valle Aravalle, situado en el centro de la Península Ibérica, entre la Sierra de Béjar y la Sierra de Gredos, en el Sistema Central.

Hay pocos datos que se remonten a épocas muy pasadas, pero es posible que desde el Neolítico ya hubiera gente deambulando por estas tierras, ya que hay lugares significativos como la Cruz Serenita, con características similares a los yacimientos de Medinilla o Vallehondo.

Los primeros restos documentados datan de épocas posteriores, de cuando el Aravalle era parte del territorio de los vettones, en concreto, son dos bronces con inscripciones celtíberas que don Francisco Lorente y Poggi depositó en el Museo Arqueológico Provincial de Ávila en el año 1913.

Salvo estos vestigios, hay un amplio periodo de tiempo en el que no se tiene ningún dato o huella material que pueda confirmar asentamientos en la zona. Sin embargo, se puede decir que en época romana el Aravalle, como la mayor parte de la Vettonia, quedó encuadrado en la Lusitania, provincia de Hispania y que, durante todo el tiempo estas tierras fueron constantemente recorridas y aprovechadas por familias de pastores trashumantes. Esta constante movilidad daría lugar a majadas que permitían aprovechar los pastos de temporada y establecer una agricultura de secano de barbechos largos.

Por otro lado, el Sistema Central constituyó un límite natural entre andalusíes y cristianos, manteniendo estas tierras limítrofes escasamente pobladas hasta el siglo X con la conquista de la ciudad de Toledo y otros núcleos por el rey Alfonso VI, quien encomienda a Raimundo de Borgoña impulsar la repoblación en las zonas conquistadas, como las tierras llanas y alomadas del norte de Gredos.

Los Territorios tanto al norte como al sur del macizo gredense quedaron bajo el control de la ciudad de Ávila hasta la muerte de Alfonso VII en 1157 cuando el territorio quedó dividido entre sus dos hijos Sancho y Fernando.

Más tarde, Alfonso VIII fundó la ciudad de Plasencia en 1186 y se estableció una nueva diócesis.

En 1209 se crea el concejo de Béjar el cual adquiere terrenos del Aravalle y lo divide en dos. Así las aldeas de Solana, La Zarza, Mazalinos y El Tremedal dependieron durante la Edad Media y toda la Edad Moderna de la villa y tierra de Béjar en lo político y administrativo y de Plasencia en lo religioso.

Las primeras informaciones con las que contamos proceden de principios del siglo XV, a través de las cuales podemos saber que estas aldeas ya estaban consolidadas a mediados del siglo XIV. Muchas de estas aldeas proceden de la consolidación de majadas pastoriles que se convierten en aldeas.

Finalmente, con la reorganización de provincias de Javier de Burgos, en 1833, los territorios que habían pertenecido a la provincia de Salamanca pasaron a pertenecer a Ávila, aunque hasta 1979 se llamó Solana de Béjar. En 1977 incorporó las localidades de Santa Lucía de la Sierra, Tremedal y La Zarza junto con sus pequeños anejos.

En 1959, las parroquias del municipio de Solana de Ávila volvieron a formar parte de la diócesis de Ávila como consecuencia de los acuerdos del concordato del Estado español con la Santa Sede en 1953.

Hoy en día, este municipio se encuentra integrado por diez anejos.


ENLACES DE INTERÉS:

  • - MARTÍN GARCÍA, G. Y HERNÁNDEZ SOUSA, J.M., Solana de Ávila. Un pueblo en el Aravalle.Asociación Cultural EL COTANILLO, 2018.
  • - GONZÁLEZ CALLE, J.A.; MAYORAL CASTILLO, Á.L. Y SAVIRÓN CUARTANGO, Mª.L., “Estelas funerarias medievales en la comarca de El Barco de Ávila” en Territorio, Sociedad y Poder, nº4,2009.
  • - MARTÍN CALLE, FIDEL, Un pueblo, su sierra. Mis recuerdos. Obra inédita. Impresión digital, marzo 2011.
  • - MUÑOZ, ANTONIO, Solana (que fue) de Béjar. Un pueblo de Castilla, Salamanca, 1980.