La estela medieval se encuentra integrada en la fachada reformada de una casa particular de solana de Ávila, situada al final del pueblo, junto a la salida de la carretera que va hacia Santiago de Aravalle.

Es una estela discoidea o discoidal, consistente en un disco de granito fino pardo, formada por un disco decorado que se prolonga en un vástago inferior de tipo vagamente antropomorfo (con hombros algo marcados a los lados del cuello). Las dimensiones aproximadas de la estela son: altura total, 55 cm; diámetro del disco, 32 cm; anchura del cuello, 20 cm; altura del vástago, 25 cm; base del vástago, 32 cm. La decoración del disco en la cara del anverso (la única visible desde la calle) consiste en una cruz patada o ensanchada de extremos rectos, inscrita en una orla, y todo ello resaltado en relieve; se aprecia, además, en el centro de la cruz, un punto inciso que habría sido utilizado por el tallista para trazar tanto la orla citada como el contorno de la pieza.

El empleo de la piedra como material constructivo se debe a un claro deseo de perdurabilidad del monumento funerario, para que el difunto pueda ser recordado y respetado por las generaciones venideras. Por otra parte, la estela tiene otras funciones como son la de indicar la ubicación de la sepultura, así como su propietario; una función religiosa, ya que, ante ésta se realizarían oraciones y ofrendas por el fallecido y, además, una función protectora, pues la estela y los símbolos sagrados que la decoran tratan de proteger la sepultura, conjurando el peligro de la profanación o la destrucción.

Referente a la cronología de estas estelas, la gran mayoría de estas piezas ha aparecido fuera de contexto arqueológico, al ser reutilizadas en edificios y construcciones muy posteriores, como es el caso. Sin embargo, las estelas castellanas suelen tener una datación general entre los siglos XI y XIII, con una mayor incidencia en el siglo XII.


1“Estelas funerarias medievales en la comarca de El Barco de Ávila”, Jesús Antonio González Calle, Ángel Luis Mayoral Castillo y María Luisa Savirón Cuartango.